Donald Trump levantó una polémica al decir que debe haber «algún tipo de castigo» para las mujeres que aborten, en el caso de que esta práctica vuelva a ser criminalizada.
La afirmación le valió a Trump numerosas críticas, incluidas las de grupos de activistas que se oponen al aborto pero que consideraron la posición de Trump como extrema.
Posteriormente, el magnate corrigió su afirmación en una declaración en la que señaló que el castigo debe ser aplicado solo al médico o a la persona que realice el aborto.