El pasado sábado se celebraron 27 años de la ordenación episcopal de Julio Cesar Bonino. Monseñor expresó que estar tantos años en un lugar no parece ser lo mejor para la Iglesia de Tacuarembó porque al ser ordenado muy joven se ha convertido en el obispó más viejo del Uruguay.
Bonino dijo a los sacerdotes que “si sigo estando es porque Dios lo quiere” y manifestó su voluntad para que coloquen a alguien que tenga más creatividad y energía pero resaltó que “nunca me han venido ganas de irme de Tacuarembó”.
Monseñor adelantò que el desafío de hoy es responder a la escasez de personal de sacerdotes, porque los 3 que se desempeñan actualmente presentan edades avanzadas.
Escribe: Germán Capelli