Dani Alves enseñó, una vez más, su lado más controvertido. Se grabó a sí mismo disfrazado con una peluca y fingiendo la voz de una mujer (parodiaba a su novia, la modelo canaria, Joana Sanz) y en la madrugada del viernes colgó el vídeo en su cuenta de Instagram para auto brindarse “mucho ánimo porque está muy triste”. “Es un partido de fútbol, no pasa nada, la vida sigue. Tú vales mucho más que esto”, señaló. El presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, reflexionó sobre la acción del brasileño. “Hay varias reacciones posibles y una es que nos demos cuenta de que los jugadores han superado el trago del miércoles [el Barça cayó eliminado en los cuartos de final de la Champions] y vuelven a ser positivos, a reír y a hacer bromas”, convino Bartomeu.
Sin embargo, el presidente del Barcelona reconoció que a un sector de la afición azulgrana “la broma” de Alves no hizo mucha gracia. “Hay ciertos socios que nos han dicho que se sienten ofendidos y otros que les encanta ver ese ambiente festivo en el vestuario”, reveló Bartomeu. “Puede ser que no era el mejor momento para hacer bromas”, tercio el directivo del Barcelona Jordi Monés en TV3. En cualquier caso, Bartomeu entiende que existe la necesidad de regular el uso que los jugadores hacen de las redes sociales y aseguró que en el caso de que club decida sancionar a Alves por su vídeo, no lo hará público. “L
Fuente el pais españa