Calera de las Huérfanas

El nombre Calera, viene de que en dicho lugar se producía cal para la construcción, mediante la utilización de dos grandes hornos. La denominación «de las huérfanas» se debe a que lo producido por el establecimiento iba destinado a mantener el Colegio de Niñas Huérfanas de Buenos Aires.4
En sus orígenes era el casco de las «Estancia del Río de las Vacas» manejada por la Compañía de Jesús (jesuitas) a partir de 1741, los jesuitas tuvieron una importante influencia en la región durante los siglos XVI y XVII.
A partir de 1767 la estancia pasa a depender de Buenos Aires, quien encarga su administración a Juan de San Martín, padre del prócer Gral. José de San Martín. Durante la permanencia de Juan de San Martín en la estancia, contrae matrimonio y ahí nacen 3 hermanos del Gral. José de San Martín.En 1777, se hicieron cargo del lugar las Religiosas de la Caridad.
A partir de 1815 según el reglamento artiguista la estancia es repartida entre más de 40 personas, en suertes de estancia. Posteriormente dicho reparto se anula y se realiza una venta, comprando el Gral. Julián Laguna el casco de la estancia. En 1938 pasa a ser patrimonio público y Monumento histórico nacional.
En 1999 se inician las tareas de investigación arqueológica con financiamiento del Ministerio de Turismo y el Ministerio de Educación y Cultura.


Hoy en día es un lugar turístico e histórico donde se han realizado trabajos de investigación arqueológica y recuperación del lugar,y donde se pueden visitar los restos de la antigua iglesia, lo cual lo convierte en un punto turístico de relevancia.
El altar formaba parte integral con la pared.
Una de las características de la iglesia construida por los jesuitas, la cual aún se conserva y ha sido apuntalada para evitar su derrumbe, era que el altar formaba parte integral con la pared, sobre ello el Arq. Juan Giuria sostiene lo siguiente:
Suponemos que existían en el mundo poquísimos ejemplos de altares que forman parte integrante de los templos que contienen, pues casi siempre se trata de obras, más o menos valiosas, de mármol, piedra arenisca o madera, tallados o esculpidos en talleres especiales y luego armadas dentro de las respectivas iglesias.
Se nos ocurre que el motivo que pudieron tener los jesuitas para construir un altar soldado a los muros sería el siguiente: un altar de madera es fácil de destruir o quemar y, en aquellos tiempos, la seguridad en nuestra campaña era menos relativa. En cambio, el retablo que hemos descripto, de estructura incombustible ofrecía serias dificultades para su destrucción; en caso de peligro, los moradores de la “reducción”, antes de abandonarla, podían retirar los ornamentos y las imágenes de las hornacinas y ocultarlas en algún escondrijo; una vez pasado el peligro se volvía a colocar todo en su sitio y las cosas seguían como antes.5
Al excavar en el interior de las ruinas de la iglesia se encontraron enterramientos humanos, en esa época era común enterrar a los muertos, dependiendo de su prestigio o posición social, dentro de la iglesia. Los datos indican que por lo menos cuatro cuerpos encontrados corresponden a plena época jesuítica.
Placa de homenaje del Pueblo de Carmelo colocada frente a la iglesia de la Calera de las Huérfanas.
Al frente de la iglesia se pueden encontrar una placa instalada en mayo de 1960, la cual dice textualmente » Homenaje del Pueblo de Carmelo a la Calera de las Huérfanas, monumento de múltiple y honda resonancia histórica, aquí arraigaron quienes dieron vida al más ilustre de los argentinos Dn. José de San Martín, haciendo de este solar el símbolo vivo de la hermandad rioplatense.»
Placa de homenaje de la Nación Argentina colocada frente a la iglesia de la Calera de las Huérfanas.
También se puede encontrar otra placa de mayo de 1960 que dice lo siguiente «La Nación Argentina en homenaje a los vínculos históricos que la unen con la Calera de las Huérfanas en ocasión de celebrarse el sesquicentenario de la revolución de mayo»
En 2010 se realizaron varias tareas de restauración del lugar.
“En 1938, el Comité Patriótico Femenino de Carmelo, promueve el interés del Estado y los vestigios arquitectónicos-arqueológicos, con una reserva de treinta y cuatro hectáreas, pasan al patrimonio público en carácter de Monumento Histórico.
A partir de 1940 H. Arredondo realiza obras de consolidación en la iglesia y lleva a cabo las primeras intervenciones arqueológicas en el casco de la estancia.
En 1974, el Consejo Ejecutivo Honorario de las Obras de Preservación y Reconstrucción de la Antigua Colonia el Sacramento, promueve el interés de la UNESCO para integrar la «Calera de las Huérfanas» al circuito de turismo cultural de sitios misioneros de la región
Estancia Nuestra Señora de los Desamparados

«Para lograr la autosuficiencia del sistema misionero, los jesuitas, establecieron una compleja red productiva a la que integraron estancias. En estas la ganadería era sólo uno de los segmentos productivos, acompañada de una agricultura intensiva, explotación minera y desarrollo industrial, con miras al auto abastecimiento y el intercambio.
Es en este contexto que surgen las dos estancias principales que los jesuitas fundaron en lo que es nuestro actual territorio: “Nuestra Señora de los Desamparados”, sobre la costa del río Santa Lucía, dependiente del Colegio y Residencia de Montevideo y la estancia “del Río de las Vacas” (hoy denominada “Calera de las Huérfanas”), dependiente del Hospicio y Colegio bonaerense de “Nuestra Señora de Belén”, fundada en 1741″.
El departamento de Florida, ha visto desde sus inicios, una serie de eventos y personas que lo han hecho particularmente atractivo y lleno de historias.
Muchas de esas historias están íntimamente ligadas a la larga tradición gaucha que recorre varios sectores del Uruguay. Es por ello que uno de los lugares más típicos de esto, y que tiene gran relevancia, es la Estancia Nuestra Señora de los Departamentos.
Conociendo la Estancia en Florida
La estancia es un lugar que fue fundado por los misioneros jesuitas, quienes implementaron por medio de ella muchos adelantos que potenciaron el lugar. Fue uno de los primeros lugares que desarrolló la producción agrícola, ganadera e industrial de forma bien organizada.
Con la posterior expulsión de los jesuitas, la estancia se subdividió en diversas áreas que fueron llevadas a cabo por distintas administraciones.
Hoy en día es un lugar muy rico de valor histórico, por lo que simboliza para la tradición de Uruguay.
Su arquitectura también da que hablar, puesto que se rige en una gran edificación, de estilos muy diversos, con artistas que les dieron toques únicos y que son impresionante hasta el día de hoy.
Hay reminiscencias que contienen los recuerdos de la arquitectura criolla y otra que se acerca a las tendencias europeas que dominaban por ese entonces.