Empresa estadounidense de biotecnología Bioquark asegura que trabajan «dentro de los límites del sistema tradicional de salud».
«No es que vayan a saltar y salir corriendo, pero si tenemos éxito estarán técnicamente vivos».
Así lo asegura Iro Pastor, el director de Reanima, un proyecto de la empresa estadounidense de biotecnología Bioquark que acaba de obtener el permiso para tratar de revivir parte del cerebro de pacientes que han sido declarados clínicamente muertos.
Y reivindica: «No somos unos doctores Frankenstein. Trabajamos dentro de los límites del sistema tradicional de salud».
Se refiere a que son las juntas de revisión del Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental de Estados Unidos y de India las que han aprobado la iniciativa.
A lo que añade que ahora están trabajando con el hospital Anupam de Rudrapur, una ciudad del norte de India, para seleccionar allí a los pacientesindicados.
Deben ser pacientes que tras sufrir un accidente u otro tipo de trauma han sido declarados clínicamente muertos, pero que siguen conectados a aparatos de soporte vital.
Esto es, personas sin actividad alguna en el sistema nervioso central -el complejo sistema que se encarga de percibir estímulos procedentes del mundo exterior, procesar la información y transmitir impulsos a nervios y músculos- y que hayan perdido el potencial para la conciencia y la capacidad de respirar.
«Acabamos de recibir la aprobación para seleccionar los primeros 20 pacientes y estamos trabajando con el hospital para identificar a familias que tengan algún miembro clínicamente muerto y que por barreras religiosas o condiciones médicas de algún tipo no puedan donar sus órganos», explica Pastor en conversación con BBC Mundo.
Los investigadores detrás de Reanima creen que las células madre del cerebro podrían ser capaces de borrar su historia y de empezar a vivir de nuevo, basándose en el tejido que las rodea.
Es un proceso que ya se ha visto en animales, como en el caso de la salamandra, cuyas extremidades vuelven a crecer infinitamente.
Asimismo, otras especies de anfibios y algunos peces también pueden regenerar una porción considerable de su cerebro incluso después de haber sufrido un trauma grave.
«Es una iniciativa compleja y combinaremos instrumentos de la medicina regenerativa con otros que se utilizan normalmente para estimular el sistema nervioso central de pacientes con graves desórdenes de conciencia», señala.
En concreto, inyectarán la médula espinal con células madre cada dos semanas y con un cóctel de péptidos cada día, y estimularán las neuronas con láser, entre otras técnicas.
«Los dilemas éticos no tienen cabida. Son casos terribles de gente que ha perdido a su hijo de 17 años por un accidente de moto».
Y añade: «Tenemos el permiso de las instituciones y el de las familias. Estamos bien cubiertos».
Más allá de los dilemas éticos, la tarea de revivir un cerebro o partes del mismo es un reto científico mayor.
«Merece la pena hacer la prueba», dijo a BBC Mundo el doctor Guoping Fan, profesor del Departamento de Genética Humana de la Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de California en Los Ángeles.