Vettel, celebrando la victoria en el podio del circuito de Albert Park.
Reuters
Bernie Ecclestone lo dejó ya programado antes de que llegara el terremoto en la nueva jefatura de la F1: había que cambiar el ciclo de ganadores. Tras cuatro títulos de Red Bull y tres de Mercedes, ya le toca a Ferrari triunfar, esta vez con Vettel, nada de Kimi. Y seguro que después llegará la época dorada de McLaren y Honda, con Fernando habiendo cambiado ya de aires. El destino es así de caprichoso.
El cambio de reglamentación se aprovechó para frenar a Mercedes y Red Bull en su desarrollo de un sofisticado sistema de suspensiones, en el que Ferrari siempre fue por detrás y que ha logrado derribar antes de tiempo, demostrando que vuelve a tener peso en los despachos y siente el viento de cola a su favor.
Ahora las cosas se han igualado y ahí estuvo la primera victoria de Ferrari de la temporada y vendrán más. Liberty necesita igualar la parrilla como sea.
Un toque sustancial en el reglamento, con el fin de frenar la utilización de las suspensiones para mejorar la aerodinámica perece que ha obrado el milagro. Por supuesto que en Ferrari han mejorado el motor y el coche en su conjunto, pero recuperar casi un segundo no se hace fácilmente, y además de la mejora ha habido un retroceso por parte de los rivales.
Además de ver las limitaciones del Mercedes por primera vez en mucho tiempo, se apreció que adelantar es tarea casi imposible y que en el tráfico el coche tiene un comportamiento que dista mucho del que tenía Vettel solo en cabeza del pelotón. Hamilton sufrió lo que es no tener un coche ganador, o al menos no tener la superioridad con la que contó en el pasado.
Ferrari parece que va a ser el único equipo capaz de batallar con Mercedes. Esta temporada el equipo que mejor evolucione y menos errores cometa será el campeón, ya que los márgenes se han reducido, y tras lo visto en la primera carrera del año, la jerarquía está ya muy clara: Ferrari y Mercedes casi en igualdad, Red Bull más retrasado, con el Williams de Massa al acecho.
Por detrás igualdad máximo, con Force India al frente del pelotón. Ni más ni menos que lo mismo del año pasado, cambiando Ferrari por Red Bull. Al margen de ese cambio de papeles, que deberá confirmarse en las rectas de Shanghái dentro de 10 días, la temporada no ha hecho más que comenzar, pero no se vislumbra una supremacía de nadie.