El primer crucero de Estados Unidos a Cuba en más de 50 años partirá este domingo precedido de polémica y sin que todavía los cubanos residentes o nacionalizados en el país norteamericano puedan disfrutar sin trabas de los viajes a la isla.
Aunque el Gobierno de Raúl Castro autorizó el 18 de abril que los cubanos puedan entrar a su país por mar, lo que estuvo prohibido durante varias décadas, para poder hacerlo, tanto los cubanos como los cubano-estadounidenses necesitan visado, razón por la cual será difícil que en el viaje inaugural de la línea de Carnival a Cuba hayan muchos pasajeros originarios de la isla caribeña.
«Los cubanos debemos tener el derecho natural de entrar libremente al territorio nacional y salir del mismo sin que medie el proceso discriminatorio de visado o la llamada ‘habilitación’ del pasaporte, que es una modalidad de visado también», expresó a Efe Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia.
Organizaciones del exilio cubano en Miami instaron a un cambio en el sistema de visas cubano que a su juicio exige de forma «caprichosa» y «arbitraria» a sus ciudadanos este permiso para poder ingresar al país, ya sea por barco o por avión.