Dilma en la ONU, se limitó a hacer una breve mención a la crisis.
A final, no fue la denuncia de «golpe» que tanto se temía. Al menos ante la Asamblea General de Naciones Unidas, la presidenta brasileña se limitó a hacer una breve mención al «grave momento» que vive el país y confiar en que los brasileños evitarán cualquier retroceso en sus conquistas.
Con gran expectativa, simpatizantes de la mandataria y sus opositores siguieron ayer el discurso de Dilma en Nueva York, adonde decidió viajar a último momento -según ella misma adelantó- para defender la democracia brasileña frente al «golpe».
«No puedo terminar mis palabras sin mencionar el grave momento que vive Brasil», dijo en su discurso de cinco minutos.
Sin embargo, poco después, en diálogo con la prensa dijo que pedirá al bloque comercial regional, el Mercosur, que suspenda a Brasil si se «quiebra» el proceso democrático, en lo que volvió a calificar de «golpe».
«Prevaleció el buen sentido. Fue un discurso compatible con quien ocupa la presidencia del Estado brasileño», señaló el diputado Luiz Lauro, del opositor Partido Socialista Brasileño (PSB), que también estuvo en Nueva York para desplegar una contraofensiva mediática a la de Dilma.