La historia de la bomba atómica comenzó el 2 de agosto de 1939, cuando el presidente estadounidense Franklin Delano Roosvelt recibió una carta de Albert Einstein, en la que le informaba las nuevas posibilidades energéticas derivadas de la fisión en cadena de grandes masas de uranio, así como de las posibles aplicaciones de esta fusión en el campo armamentístico.

En 1940 el gobierno norteamericano echó a andar el ultrasecreto Proyecto Manhattan, el cual tuvo una inversión de dos mil millones de dólares, para intentar ganarle a los alemanes en la carrera de la creación de una bomba atómica.

La Prueba Trinity, fue la primera exitosa de la bomba, la cual tuvo lugar en el desierto cercano a Álamo Gordo, en Nuevo México, el 16 de julio de 1945.

El mandatario estadounidense Harry Truman fue quien ordenó lanzar la bomba atómica sobre Japón, luego que el país rechazara la Declaración de Postdam, el 2 de agosto.

El saldo de muerte del ataque a Hiroshima y Nagasaki fue de aproximadamente 240 mil personas, sin contar las muertes colaterales posteriores.

Fue alrededor de las 8:15 horas de la mañana del 6 de agosto de 1945, cuando la ciudad japonesa de Hiroshima, ubicada en Honshu, sufrió la devastación (hasta entonces desconocida) de un ataque nuclear.

El bombardeo B-29 Enola Gay, al mando del piloto Paul W. Tibblets, lanzó a Little Boy (nombre en clave de la bomba de uranio). El instante de la explosión estuvo enmarcado por un ruido ensordecedor, seguido de un resplandor que iluminó el cielo.

Fue cuestión de minutos para que una columna de humo color gris-púrpura con un corazón de fuego, de una temperatura aproximada de 4.000º C, se convirtiera en un gigantesco hongo atómico de poco más de un kilómetro de altura.

A 700 kilómetros de distancia, Tokio había perdido contacto total con Hiroshima tras un silencio sepulcral. Los norteamericanos esperaban la rendición inmediata de Japón; sin embargo, el alto mando japonés ordenó mantener las armas.

La segunda bomba atómica fue arrojada el 9 de agosto, alrededor de las once de la mañana en Nagasaki, situada en una de las islas menores de Japón llamada Kyushu. El bombardero B-29 Bock’s Car, lanzó sobre la ciudad industrial a “Fat Man”, una bomba de plutonio con la capacidad de liberar el doble de energía que la bomba de uranio.

Tras estos terribles ataques, el 15 de agosto se dio por terminada la Segunda Guerra Mundial con la rendición de las fuerzas japonesas.

Posteriormente a las víctimas de la bomba atómica se les denominó ”hibakusha”, que significa “persona bombardeada”. Durante mucho tiempo fueron discriminados por la creencia de que padecían un mal contagioso.

La adelfa o rosa laurel fue la primera flor que abrió capullo en Hiroshima tras la explosión, por ello, es considerada la flor oficial de la ciudad.

Pueden apreciar a continuación la propaganda oficial trasmitida en TV sobre la destrucción y victoria de los E.E.U.U en 1945.