Después de que el Gobierno de Cristina Fernández (2007-2015) se negara a cumplir la sentencia, el nuevo presidente, Mauricio Macri, que accedió al cargo en diciembre pasado, se abocó a una rápida negociación para pagar a los querellantes y también a otros acreedores con reclamaciones que no estaban incluidos en el juicio de Nueva York.
Argentina ha abonado un total de 9.300 millones de dólares a acreedores, encabezados por grandes fondos buitre de inversión como NML, con los que mantenía un complejo juicio en tribunales de Nueva York por bonos en mora desde finales de 2001. La dura batalla judicial iniciada en 2005 en EEUU, fue zanjada con la sentencia del juez neoyorquino Thomas Griesa a favor de los demandantes.
Para obtener los fondos para el pago, Argentina ha optado por salir a los mercados internacionales, a los que no acudía desde antes del cese de pagos de 2001, para colocar nuevos bonos, a 3, 5, 10 y 30 años de plazo por valor de 16.500 millones de dólares.
