La gira no está en peligro ni mucho menos. Pero no deja de ser significativo que sean los mismos fans de AC/DC, muchos de ellos, los que hubieran preferido que su querida banda marca entrara en receso cuando fue el momento de hacerlo.
La sorpresiva renuncia del cantante Brian Johnson por recomendación médica (básicamente el hombre se está quedando sordo a sus 68 años de edad) y la rápida confirmación de Axl Rose como su reemplazante para las fechas restantes del Rock or Bust World Tour, que se extenderán por Europa hasta fines de junio, tienen al legendario conjunto australiano semi desmantelado, curiosamente parchado y alimentando serias dudas sobre si esta era la mejor manera de cerrar su espectacular trayectoria de más de 40 años.
Lo concreto es que a través de redes sociales y en diversos portales de sitios dedicados a la música son muchos los fanáticos que piden que les devuelvan la plata y que no están dispuestos a aprobar, a pesar de lo mucho que admiran a sus héroes, esto que en el papel se lee como una oferta soñada para cualquier rockero. Un “dos por uno” que fue despedazado por ilustres como Roger Daltrey, el cantante de The Who (“¿un karaoke con Axl (Rose)?, por favor”) y que parece más una medida desesperada que una salida digna para una agrupación que en los últimos dos años ha perdido a tres integrantes clave, incluido el fundador Malcolm Young, que abandonó el barco en septiembre de 2014 tras confirmarse un estado de demencia.