2024 ha sido el año de la Inteligencia Artificial, pero en 2025 se esperan grandes avances en otros campos, ¿cuáles son los más prometedores?
2025 será un año peculiar desde sus raíces, ya que, matemáticamente, es un cuadrado perfecto, concretamente 452. Este hecho no ocurría desde 1936 (442) y no se repetirá hasta 2116 (462). ¿Pero significa esto que se tratará de un año especialmente fructífero a la hora de los descubrimientos científicos? Pues, aunque probablemente no tenga nada que ver con esta coincidencia matemática, el cuarto de siglo podría marcar un antes y un después en distintas ramas de la ciencia como la computación cuántica, la astronomía, la genética o la biología molecular.
De momento nadie tendrá un ordenador cuántico en su casa
Los ordenadores actuales, incluidos los supercomputadores funcionan gracias al sistema binario. Empleando unos sistemas electrónicos llamados puertas lógicas, la electricidad llega a un lugar o no. De este modo, si llega la electricidad el ordenador leerá un 1, pero si no llega, leerá un 0. Gracias a miles de millones de puertas lógicas litografiadas en procesadores y microchips, los ordenadores son capaces de “entender” lo que esperamos de ellos y ejecutar un comando acorde a nuestras órdenes. Sin embargo, la computación cuántica funciona de una forma completamente diferente.
La física cuántica es la disciplina que establece la base para la construcción de los ordenadores cuánticos, máquinas de alto procesamiento de datos.
Así como en la computación los bits únicamente pueden ser 1 o 0, en los cúbits ambos estados están superpuestos. Es decir, pueden ser 1, 0 o ambos estados a la vez. Aunque pudiese parecer que este hecho volvería a los ordenadores inútiles, lo cierto es que, valiéndose de las propiedades de la física cuántica, este tipo de ordenadores pueden realizar un enorme número de operaciones en paralelo. Realizando una metáfora un tanto burda, un ordenador normal sería como una calculadora, donde únicamente puedes realizar una operación cada vez, mientras que un ordenador cuántico sería como tuviésemos a toda una ciudad realizando todas las posibles operaciones a la vez. Si requerimos una operación en concreto, únicamente hemos de buscar a la persona que la ha realizado, que proporciona la solución al instante.
Medir con precisión el estado de los cúbits y mantenerlos estables (o como se conoce en el mundillo: coherentes) es uno de los grandes quebraderos de cabeza de los investigadores. En la actualidad, gran parte de la potencia de computación cuántica se emplea en corregir los errores que se producen durante los cálculos. Sin embargo, en 2025 se esperan grandes avances por parte de los gigantes tecnológicos como IBM, Google o Microsoft, que tratan de lograr cada vez un mayor número de cúbits coherentes para resolver problemas que a un supercomputador le llevarían millones de años de cálculos. De este modo se podrán potenciar exponencialmente las capacidades del Machine learning y la Inteligencia Artificial. Ahora bien, estos usos quedan muy lejos de la potencia de computación que requiere un hogar medio, por lo que no veremos esta tecnología en nuestros hogares.
Un año muy interesante en astronomía y la mirada fija en la primera colonia permanente extraterrestre
2025 viene cargado de momentos importantes para la astronomía. Más allá de las siempre impresionantes imágenes que nos proporcionará el Telescopio Espacial James Webb, una serie de misiones de las distintas agencias y empresas espaciales nos ayudarán a comprender mejor los orígenes de nuestro sistema solar y del universo en general.
La noticia más esperada es, sin duda, el regreso de los dos astronautas que quedaron atrapados en la Estación Espacial Internacional (ISS). Butch Wilmore y Suni Williams, de la NASA, tenían prevista una misión que duraría 7 días. Una semana en la que los dos astronautas de 60 años probarían la nave Starliner CST-100 y volverían a casa. Sin embargo, debido a diversos fallos técnicos, ambos tripulantes siguen en la ISS desde el 5 de junio sin fecha de vuelta. Los expertos estiman que podrán volver a pisar suelo firme en marzo del 2025.
Otra misión muy emocionante es que la sonda Lucy de la NASA se acercará a su “descubridor”. En abril de 2025, esta sonda pasará por delante de 52246 Donaldjohanson, que lleva el nombre del descubridor del Australopithecus afarensis Lucy, del que proviene el nombre de la misión. Esta sonda, pensada para estudiar los asteroides troyanos, ayudará a comprender los orígenes del sistema solar, ya que entre los cuerpos celestes que se van a estudiar se encuentran algunos de los más antiguos y misteriosos.
Además, se espera que SpaceX, la empresa del multimillonario Elon Musk, siga con las pruebas de la Starship desde su base espacial en Boca Chica. Este año pudimos ver cómo recuperaban el cohete Super Falcon Heavy tras una prueba de vuelo que desde SpaceX consideraron como exitosa. En 2025 se esperan al menos otros 4 lanzamientos en los que seguirán probando componentes y el primero de ellos tendrá lugar el 10 de enero de 2025. Con estas pruebas, establecer una colonia en Marte para la década de 2030 está un paso más cerca. Nuevos tratamientos para enfermedades incurables
Nuevos tratamientos para enfermedades incurables
El principio del cuarto de siglo puede marcar un año clave en el desarrollo de nuevas terapias para enfermedades genéticas. En la actualidad, cada vez más trastornos genéticos anteriormente incurables tienen un tratamiento gracias a las herramientas de edición genética como CRISPR. Con el auge del desarrollo de tecnologías de edición genética cada vez más precisas y económicas, como el denominado ARN Puente se espera que cada vez más pacientes puedan acceder a un tratamiento.
En 2025 también hay muchas esperanzas en el diseño de nuevas vacunas basadas en la tecnología de ARN mensajero. Este tipo de vacunas, desarrolladas durante los años 80 y 90, vieron un auge durante la pandemia del COVID19 y le valieron el Premio Nobel de Medicina o Fisiología a dos de sus máximos representantes, Katalin Karikó y Drew Weissman en 2023. Tras haber demostrado su seguridad y su eficacia, se espera que durante este año se desarrollen vacunas para enfermedades como la gripe empleando este tipo de tecnología. De este modo, se podrán crear vacunas más precisas para las cepas circulantes de las enfermedades en el momento de la inmunización.
Ahora bien, esta es solo una pequeña selección de algunos de los campos más prometedores. En otras ramas de la ciencia, como la fusión nuclear, la medicina, la geología o la ingeniería de materiales también se esperan grandes avances que podrían suponer un antes y un después en la historia de la humanidad. Todos los años se prueban los reactores de fusión nuclear con un mayor éxito, y los diferentes compuestos de grafeno así como algunos superconductores a temperatura ambiente parecen cada vez más cerca de su desarrollo y comercialización. Ahora bien, la gran pregunta ¿Cuándo? Sigue sin respuesta, solo un paso más cerca.
Sin embargo, todavía quedan muchas pruebas a realizar antes de poder considerar esta tecnología 100% segura. Por ello, muchos científicos han clamado la irresponsabilidad que supone que ciertos países como Sudáfrica estén planteándose dar vía libre a los experimentos en humanos que podrían provocar modificaciones genéticas capaces de pasar a la descendencia. Con los eventos ocurridos en 2019 tras el anuncio por parte del científico chino He Jianku que había modificado genéticamente unos embriones y los había llevado a término, cualquier avance al respecto será monitorizado muy de cerca por la comunidad internacional.
Daniel Pellicer RoigBiotecnólogo especializado en biomedicina y enfermedades raras
fuente _Nationalgeographic.com